Cómo escribir un protagonista que no sea aburrido
Cuando nos sumergimos en una historia, lo que nos mantiene enganchados no es solo el mundo que se nos presenta, sino también el personaje que lo habita: el protagonista. Sin embargo, no siempre es fácil escribir a un protagonista interesante, y más de una vez hemos leído o visto anime donde el personaje principal nos deja indiferentes, como si simplemente estuviera ahí para "llenar" la historia.
Entonces, ¿cómo lograr que nuestro protagonista sea todo menos aburrido? Aquí te dejo algunos consejos que fusionan las mejores técnicas de la literatura y el anime para que tu héroe (o heroína) cobre vida y nos haga querer seguir cada uno de sus pasos.
Dale un propósito claro (y no tan obvio)
Un protagonista sin un propósito claro es como un barco a la deriva, pero este propósito no siempre debe ser tan evidente desde el principio. En muchas obras, como Attack on Titan o Fullmetal Alchemist, los personajes principales tienen objetivos muy definidos, pero el camino hacia esos objetivos está lleno de giros inesperados.
En la literatura, pensemos en personajes como Harry Potter o Elizabeth Bennet. Ambos tienen un sentido claro de lo que quieren (por ejemplo, proteger a sus seres queridos o encontrar el amor), pero sus caminos están llenos de conflictos internos y externos que mantienen su evolución constante. Dale a tu protagonista algo que lo motive profundamente, pero no lo hagas perfecto. Haz que sus deseos cambien, se cuestionen o incluso se vean desafiados por circunstancias inesperadas.

Hazlo imperfecto y vulnerable
Uno de los grandes atractivos de los protagonistas más inolvidables, ya sea en anime o literatura, es su vulnerabilidad. Los personajes que no tienen debilidades o que son demasiado "perfectos" suelen ser más difíciles de conectar. Considera a personajes como Luffy de One Piece o Bilbo Bolsón en El Señor de los Anillos. Ambos tienen aspectos que los hacen parecer vulnerables (como la impulsividad de Luffy o la timidez de Bilbo), pero esas vulnerabilidades les permiten crecer y aprender.
Haz que tu protagonista tenga miedos, inseguridades y defectos. Las imperfecciones no solo hacen que el personaje sea más humano, sino que también brindan más espacio para el desarrollo personal.

Déjalo aprender de sus errores
La evolución es esencial. Un personaje que nunca cambia o aprende de sus experiencias puede volverse rápidamente tedioso. Un protagonista aburrido es uno que siempre se mantiene en su zona de confort y nunca pone a prueba sus creencias. Un gran ejemplo de esto es Naruto, cuyo crecimiento personal y las lecciones que aprende sobre la amistad, el sacrificio y la perseverancia lo hacen un personaje querido.
Asegúrate de que tu protagonista enfrente desafíos que lo hagan reconsiderar sus decisiones, creencias y valores. Este proceso de aprendizaje constante lo mantendrá interesante y permitirá que tu audiencia o lectores se conecten con su viaje.

Construye relaciones significativas
En tanto en el anime como en la literatura, los protagonistas suelen brillar más cuando están rodeados de personajes que les permiten explorar diferentes facetas de su personalidad. Neon Genesis Evangelion y Harry Potter son perfectos ejemplos de cómo las relaciones (ya sean de amistad, amor o conflicto) ayudan a enriquecer al protagonista. Esas interacciones no solo muestran diferentes aspectos de la personalidad del héroe, sino que también proporcionan una base emocional en la que el público puede invertir.
No subestimes la importancia de los secundarios. Asegúrate de que tu protagonista se relacione con otros de manera significativa, ya sea ayudando a un amigo, enfrentándose a un rival o buscando redención

Hazlo impredecible, pero creíble
La imprevisibilidad es clave para mantener el interés del público. Un protagonista que siempre hace lo que se espera de él se vuelve monótono rápidamente. Pero esto no significa que debas hacerlos actuar sin sentido. El cambio y la imprevisibilidad deben tener una justificación interna.
Personajes como Light Yagami de Death Note o Sherlock Holmes muestran cómo un protagonista impredecible puede ser fascinante, pero lo hacen dentro de un contexto que sigue una lógica interna coherente con su personalidad y sus circunstancias. En la literatura, alguien como Katniss Everdeen es impredecible no solo por sus acciones, sino por las razones detrás de ellas, que se derivan de sus experiencias y su entorno.

Dale un conflicto interno interesante
El conflicto interno es el motor de un buen personaje. Piensa en personajes como Lelouch de Code Geass o Hamlet, cuyas luchas internas están tan presentes que son casi tan relevantes como los conflictos externos. Un protagonista que se enfrenta constantemente a dilemas éticos, emocionales o psicológicos se vuelve mucho más interesante. Estos dilemas no solo hacen que el personaje sea complejo, sino que también permiten que el público se cuestione sobre sus propias creencias.
Un conflicto interno bien desarrollado puede ser un poderoso impulsor del desarrollo de tu protagonista, manteniendo a tu audiencia intrigada mientras exploran el dilema junto con él.

No lo hagas invencible
Un protagonista demasiado fuerte, ya sea en términos físicos, mentales o emocionales, puede resultar aburrido, porque no hay un reto real en su camino. Piensa en cómo personajes como Saitama de One Punch Man y Kirito de Sword Art Online tienen poderes desmesurados, pero las historias exploran su vacío existencial o sus luchas internas, lo que los hace más humanos y, por ende, más interesantes.
Los personajes con debilidades, ya sean físicas, emocionales o psicológicas, tienen mucho más espacio para crecer y ofrecer algo que mantenga al público cautivo. Haz que tu protagonista también tenga límites y se vea obligado a luchar por superar sus propias barreras.

Inyecta un toque de humor
El humor es un gran recurso para hacer que un protagonista sea más accesible y entretenido. No hablo de hacer que el personaje sea un payaso, sino de darle momentos ligeros que ofrezcan un respiro entre las tensiones de la historia. Un gran ejemplo es Lelouch Lamperouge de Code Geass, quien, a pesar de estar atrapado en situaciones de alta tensión, tiene momentos de ironía y sarcasmo que lo hacen más humano y entretenido.
El humor, cuando se usa con moderación, permite que el protagonista se sienta más cercano y agregue una capa adicional a su personalidad.

Escribir un protagonista interesante no se trata solo de crear un personaje que sea carismático o tenga un poder increíble; se trata de construir un ser humano (o ser no humano) que sienta, que evolucione y que enfrente desafíos que lo lleven más allá de su zona de confort. Tomando lecciones de la literatura y el anime, puedes darle a tu protagonista una historia que no solo se sienta única, sino que también mantenga al lector o espectador pegado a la pantalla o página.